Maracaibo seguirá esperándome por un buen rato. La Semana Santa
pasada me hospitalizaron por unos mareos cabilla que comenzaron vía el
aeropuerto, me llevaron de emergencia al Centro Médico Docente La Trinidad
(CMDLT) y me repitieron un batallón de exámenes que tenía agendados un pelo más
allá que estas fechas. Me puyaron, me internaron y por mala suerte, mi neurocirujano
de cabecera se fracturó un brazo haciendo un paseo en bicicleta y en otro país.
Ya les había contado a algunos esta vaina, mi caso es bastante chimbo.
Me dio un ACV en noviembre y existen varias teorías:
La bonita (por la que siempre aposté) y la maltripeante (aprobada
por los doctores y por la que estoy jodida).
La primera dicen que es una cuestión genética y listo, cero
rollo.
Y para la segunda es un tumor cerebral que ha crecido
descomunalmente en cuatro meses exactos desde que tuve un ACV. Es súper
vascúlarizado, compromete toda el área encargada del lenguaje, cognición,
expresión y visión del ojo izquierdo.
De que se trate esta situación o no depende de que yo siga
existiendo o no.
Ahora, como está creciendo rápido la única solución es hacerme
una craneotomíade emergencia para ver lo que hay adentro, sacar todo el tumor
que se pueda (considera que máximo se saca un 20%, 30% o 40%, de la lesión. Lo
que reste, lamentablemente, se queda dentro) y hacer estudios que determinen el
paso siguiente: bien otra craneotomía, bien una radiocirugía, bien quimioterapia
o bien radioterapia.
Esa operación de craneotomía dura 8 horas e implica
muchísima plata. El año pasado mi mamá por necia me regalo seguros La
Occidental y eso cubrirá el arranque, alivio ser madre.
Todo esto quiere decir que estoy fuera de juego construcción-país
por un rato, debo reconstruirme a mí primero.
Me raparé un verguero de pelo, seré Fa-Skrillex.
Soy absolutamente activa, está en mí naturaleza. Cinco
minutos viendo una mala película, me marchitan. Cinco minutos esperando a que
se caliente el agua, me matan.
Estoy leyendo.
Estoy ‘pinterest-eando’.
Estoy viendo si hago el curso de Chef Profesional en YouTube
o soy Yuya Maracucha.
Estoy viendo sí mato tigres por Nubelo o me hago unos ‘selfies’
por allá.
Sigo redecorando espacios y pulo aún más mis ideas de
negocio.
O, simplemente, hago
velas pa vender.
No sé que hacer.
Ayer hice ‘mandalas’ y me quedaron horribles, como que no va
conmigo.
Soy muy activa y el tiempo de ocio me pone peor, quiero hacer
de este peo algo lucrativo y que todo esto se convierta en una historia
fascinante para que venga en una pea digna mucho más adelante, al rato cuando
salga de esto.
Quiero. Quiero. Quiero. Quiero. Quiero. Quiero. Quiero.
No soy Daniela Bascopé (como sea que se escriba el nombre de
esa caraja) para escribir un libro llorón de mi caso, ni ando “Todo estará bien”
/ “Yoga, Zen, Veggie head”. Estoy cagada y punto.
¿No les parece demasiado irónico que la única coña entregada
a tener listo su propio documental sobre la muerte en Venezuela esté ahora con
su propio rollo de muerte en su propio fucking
cuerpo?
Esto replantea y da la vuelta completa sobre en qué quiero
gastarme realmente lo que me queda de vida. Ya no me importan ni mis tacones
nuevos o sí planché mal la camisa, o los Oscars,
o la clase de Cuatro de PDVSA La Estancia.
Estoy tratado de re-enseñarme y lo que me importa.
El viernes debo llevar la Carta Aval, de la semana que viene
no pasa. Me estoy quedando mientras los papeleos con Moisés, él ha sido un
apoyo enorme y vive cerca de la clínica porque es de emergencia y no puedo ni
salir sola una cuadrita.
Estoy esbarataa’ emocionalmente, estoy cansada.
Tengo tantas ganas de echarle pichón a tantas cosas y no
salgo de una.
Mi hermano se viene a compartir conmigo el fin de semana, mi hermana pidió vacaciones
en el trabajo pa venirse de Maracaibo y pa
cocinarme. Mamá está trajinadita también.
No quiero que me traten de ‘pobrecita’, ‘Ay Dios, mirála a ella’
ni nada que hablen de lo jodida que estoy. Yo sé que estoy jodida, pero ya, ya
pues. Me quita más de lo que me agrega. Siempre.
Los adoro, somos Manta, somos legión.
Fabiana Fuentes
-Escrito por el WhatsApp del grupo Reto Mantra 3era Cohorte
justo antes que me operarán, en abril 2015.