sábado, 28 de mayo de 2016

Así anuncié a mis amigos que tenía un tumor cerebral (enviado vía WhatsApp)



Maracaibo seguirá esperándome por un buen rato. La Semana Santa pasada me hospitalizaron por unos mareos cabilla que comenzaron vía el aeropuerto, me llevaron de emergencia al Centro Médico Docente La Trinidad (CMDLT) y me repitieron un batallón de exámenes que tenía agendados un pelo más allá que estas fechas. Me puyaron, me internaron y por mala suerte, mi neurocirujano de cabecera se fracturó un brazo haciendo un paseo en bicicleta y en otro país. Ya les había contado a algunos esta vaina, mi caso es bastante chimbo.

Me dio un ACV en noviembre y existen varias teorías:

La bonita (por la que siempre aposté) y la maltripeante (aprobada por los doctores y por la que estoy jodida).

La primera dicen que es una cuestión genética y listo, cero rollo.
Y para la segunda es un tumor cerebral que ha crecido descomunalmente en cuatro meses exactos desde que tuve un ACV. Es súper vascúlarizado, compromete toda el área encargada del lenguaje, cognición, expresión y visión del ojo izquierdo.

De que se trate esta situación o no depende de que yo siga existiendo o no.  

Ahora, como está creciendo rápido la única solución es hacerme una craneotomíade emergencia para ver lo que hay adentro, sacar todo el tumor que se pueda (considera que máximo se saca un 20%, 30% o 40%, de la lesión. Lo que reste, lamentablemente, se queda dentro) y hacer estudios que determinen el paso siguiente: bien otra craneotomía, bien una radiocirugía, bien quimioterapia o bien radioterapia.

Esa operación de craneotomía dura 8 horas e implica muchísima plata. El año pasado mi mamá por necia me regalo seguros La Occidental y eso cubrirá el arranque, alivio ser madre.

Todo esto quiere decir que estoy fuera de juego construcción-país por un rato, debo reconstruirme a mí primero.

Me raparé un verguero de pelo, seré Fa-Skrillex.

Soy absolutamente activa, está en mí naturaleza. Cinco minutos viendo una mala película, me marchitan. Cinco minutos esperando a que se caliente el agua, me matan.

Estoy leyendo.

Estoy ‘pinterest-eando’.

Estoy viendo si hago el curso de Chef Profesional en YouTube o soy Yuya Maracucha.

Estoy viendo sí mato tigres por Nubelo o me hago unos ‘selfies’ por allá.

Sigo redecorando espacios y pulo aún más mis ideas de negocio.

O, simplemente, hago velas pa vender.

No sé que hacer.

Ayer hice ‘mandalas’ y me quedaron horribles, como que no va conmigo.

Soy muy activa y el tiempo de ocio me pone peor, quiero hacer de este peo algo lucrativo y que todo esto se convierta en una historia fascinante para que venga en una pea digna mucho más adelante, al rato cuando salga de esto.

Quiero. Quiero. Quiero. Quiero. Quiero. Quiero. Quiero. 

No soy Daniela Bascopé (como sea que se escriba el nombre de esa caraja) para escribir un libro llorón de mi caso, ni ando “Todo estará bien” / “Yoga, Zen, Veggie head”. Estoy cagada y punto.

¿No les parece demasiado irónico que la única coña entregada a tener listo su propio documental sobre la muerte en Venezuela esté ahora con su propio rollo de muerte en su propio fucking cuerpo?  
Esto replantea y da la vuelta completa sobre en qué quiero gastarme realmente lo que me queda de vida. Ya no me importan ni mis tacones nuevos o sí planché mal la camisa, o los Oscars, o la clase de Cuatro de PDVSA La Estancia.

Estoy tratado de re-enseñarme y lo que me importa.

El viernes debo llevar la Carta Aval, de la semana que viene no pasa. Me estoy quedando mientras los papeleos con Moisés, él ha sido un apoyo enorme y vive cerca de la clínica porque es de emergencia y no puedo ni salir sola una cuadrita.

Estoy esbarataa’ emocionalmente, estoy cansada.

Tengo tantas ganas de echarle pichón a tantas cosas y no salgo de una.

Mi hermano se viene a compartir conmigo  el fin de semana, mi hermana pidió vacaciones en el trabajo  pa venirse de Maracaibo y pa cocinarme. Mamá está trajinadita también.

No quiero que me traten de ‘pobrecita’, ‘Ay Dios, mirála a ella’ ni nada que hablen de lo jodida que estoy. Yo sé que estoy jodida, pero ya, ya pues. Me quita más de lo que me agrega. Siempre.

Los adoro, somos Manta, somos legión.

Fabiana Fuentes

-Escrito por el WhatsApp del grupo Reto Mantra 3era Cohorte justo antes que me operarán, en abril 2015.



jueves, 26 de mayo de 2016