11 / 06 / 2013
“Las mujeres también tienen pelotas… Sólo que están un poco más arriba” Joan Jett
Siempre me han gustado mis chichis. De chiquita me desarrolle rápido, en segundo grado me ponían detrás de la formación de varones, porque mi altura se veía muy discorde en la de niñas. Pero, mientras ellas usaban “coticas”, ya yo tenía abrochado un 34B.
Yo las lucía en los strapless de mi hermana, pero cuando cumplí los quince, ya no era la única bien dotada: a cuatro de mis amiguitas “llanas”, les habían regalado de “Quiero mis quince” unas chichis nuevas y redonditas.
Procuraba no salir con ellas, ni que me vieran en traje de baño. Por muy blancas y bonitas que fuesen las mías, no compiten con 400cc de silicona.
La mirada de un cuadre se desvía inmediatamente, es como si tuvieran una especie de sustancia atrapa-buzos. Para completar la cosa, tienen flow; Pues rebotan al ritmo de las pupílas de los nietos y hasta los abuelos, no hay ojo que se resista, porque hasta yo misma para ver que tan lindas le quedaron les echaba la miradita rezando por el poder de los cielos que se le explotara aunque sea una.
No paro de pensar en el trauma que lleva un pichoncito al encontrarse con ese par de pelotas plásticas con sabor a maicena recalentada. Porque si a ver vamos, las tenemos únicamente para papiarlos sanamente, no para ahogarlos a tetazos.
¿Dónde me meto ahora? Salgo a la esquina, y cuento seis pares de bubis farsantes por cuadra, como que vienen en el Corn Flakes. Ya me cansé del push-up, relleno extra y varillas con mil curvaturas que prometen llevártelas al espacio, quiero las mías.
Fui al doctorcito de la crema y nata. Pero hice una tesis para conseguirlo, pues todas afirman que ese tamaño y simetría son”naturales” aunque veas la etiqueta de “Made in China” en ellas, lo negaran hasta la muerte: mamacita de cepa jamás revela sus secretos de quirófano.
En el consultorio, me consigo una trigésima parte de las chicas plásticas de Maracaibo. Marianita que se puso el tren delantero enterito, pero por andar estrenándolas, le quedo el “botón” choreto; Carmen, Luisa, María, Pepita, Gema, Lucia, traen el combo completo instalado: La nariz de cumple, las bubis al “bebe” de San Valentín, la lipo se la hicieron a crédito y con un potazo en Delicias, recolectaron para comprar 6 colas infladitas.
Esperé entre esa cuerda de Barbies celulíticas. Pero patitas pa’ que te tengo cuando salió ese monstruo full de botox hasta en el que te conté y leí el tuit de Ponemos Implantes Piches (PIP).
Yo, apoyo mi autoestima “bubistico” en la Ley de la Gravedad: Todo lo que sube tiene que bajar, y mientras más alta más dura será la caída.
Fabiana Fuentes
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